Con el Palacio Real como telón de fondo, la plaza de Carlos III El Noble de Olite lucía majestuosa este jueves, día grande de las fiestas patronales en honor a la Exaltación de la Cruz. El jolgorio que inundó las calles el miércoles tras el cohete y que subió en decibelios tras el popular Riau Riau olitense dio paso a un ambiente más solemne. Fue la diana de los hombres, acompañados por la banda de música, la encargada de abrir una jornada con una apretada agenda. La corporación anfitriona recibió en el ayuntamiento a los invitados que se sumaron a una comitiva que, desde la casa consistorial, llegó hasta Santa María.
En un abarrotado templo se celebró la eucaristía en honor a la Exaltación de la Cruz, amenizada por la Coral Olitense dirigida por Javier Echarri López. Entre el repertorio, entonaron el -Aleluya Mesías- de Haendel, la jota La que en Navarra se canta o el Gloria de misa compuesto en su día por Bartolomé Lanas, que fue organista de Olite. La coral, protagonista del lanzamiento del cohete el miércoles, volverá a salir a la calle en el transcurso de una ronda prevista para mañana a las 12.30 horas.
Concluida la misa y de vuelta en la plaza, decenas de vecinos buscaron sitio para ver los bailes compartidos entre gigantes y danzaris al son de la banda, gaiteros y txistularis. Todo el folclore local olitense desplegó su mejor repertorio, que fue respondido por los aplausos de los allí congregados.
Marcos Bernarte Llorente ejercía como director de la banda, un cargo que asumió de forma temporal hace unas semanas tras la paternidad del director oficial. “El de hoy es uno de los días más bonitos porque nos juntamos las agrupaciones culturales que tenemos que ver con el folclore local y actuamos juntas”, destacaba.
Entre el repertorio que compartieron estaba La Nogalera. Desde la comparsa, su presidente, Mariano David Esquíoz Zapata, hacía un llamamiento al relevo y las nuevas incorporaciones en la comparsa, que con doce integrantes algunos días de fiestas, sobre todo entre semana, se topa con dificultades para poder sacar las figuras.
Más numeroso es el grupo de danzas Txibiri, con veintiséis danzaris a día de hoy en sus filas. Ayer, como ya es habitual, entraron al círculo de la plaza al son de Valcarlos que tocaron los txistularis. “Vamos a bailar alguna pieza nueva que tomamos de otro grupo que fusiona pasos tradicionales con otros más modernos”, expuso Eider Landa Villabona.