Entorno turístico de Olite

Olite. Ciudad Medieval



Construida en la primitiva iglesia erigida en Olite, dedicada a San Felices (1138), apenas tenemos noticias. Va a ser la iglesia de San Pedro la que adquiera el papel principal en la Edad Media y de ella van a depender como iglesias filiales las de Santa María, San Bartolomé y San Miguel.

La historia de este templo, y de las iglesias de Olite, queda vinculada desde sus orígenes al monasterio de Montearagón (Huesca), por donación del rey Sancho Ramírez en 1093, pasando los derechos posteriormente al obispo de Barbastro (1571). Vinculación que perdura hasta el Concordato de 1851 entre el Estado y la Santa Sede.

San Pedro fue parroquia única hasta el Concilio de Trento (1545-1563), aquí residía el Cabildo de las Parroquiales de Olite, era sede de diversas Cofradías y el ostentoso culto era atendido por el vicario y hasta 12-16 beneficiados o racioneros.


Su construcción comienza en el tercer tercio del siglo XII en la obra románica de la portada y el presbiterio. En la primera mitad del siglo XIII se continúa en la nave de la iglesia y el cuerpo inferior de la torre en estilo gótico cisterciense.  El claustro se levanta en la segunda mitad del siglo XIII. El gótico pervive en la torre de aguja, torre del Campanal y coro (s. XIV), y en la capilla del Cristo (s. XVI). Entre 1700 y 1708 se amplió la iglesia en lo que es la obra barroca con un nuevo tramo con cúpula central y presbiterio rectangular, y la sacristía. En el 2000 se han realizado importantes obras de restauración: cubiertas, piso, pintura.
 
La portada románica de medio punto abocina en seis arquivoltas lisas entre cenefas ricamente decoradas con ajedrezados, hojarasca y motivos vegetales. Sobresalen los capiteles de la lucha del caballero cristiano con el dragón y la lucha de un centauro contra una sirena. El tímpano y dintel son añadidos góticos. En el tímpano se aloja San Pedro entre San Andrés y Santiago. El dintel ofrece escenas de la vida de San Pedro: entrega de las llaves, el santo andando sobre las aguas, el juicio y el martirio.

Un friso decorado con hojarasca y diversas historias de inspiración mitológica y temas bíblicos y un bello rosetón completan la fachada.
Llama la atención la torre gótica acabada en airosa flecha (XIV) de disposición octogonal y perfil curvo. La aguja representa un interesantísimo y original modelo en su género por el alarde arquitectónico y la graciosa curvatura o éntasis de sus aristas. Mide 54 metros de altura.

El claustro comprende cuatro frentes de arcos de medio punto, tres de sus lados tienen siete arcos y el cuarto ocho, que descansan en pares de columnillas rematadas en capiteles de sencilla decoración vegetal y rostros. Un capitel historiado recoge diversas escenas del Génesis, relativas a la historia de Adán y Eva.

El Interior de la Igleisa
La planta de la iglesia es rectangular al igual que la cabecera saliente. La nave central, más elevada, y las dos laterales están cubiertas por bóvedas de crucería y sobre el crucero se alza una cúpula de media naranja sobre pechinas. Los grandiosos pilares góticos cruciformes aumentan la sensación de monumentalidad. La decoración de los capiteles góticos es sobria y ofrece decoración vegetal, rostros femeninos, monstruos y un capitel con una dama hilando y un herrero.

Los Retablos

Retablo mayor.
Obra barroca temprana que acoge en el nicho central la talla de San Pedro en cátedra de la época del primitivo retablo renacentista. Pinturas sobre lienzo de Vicente Berdusán (h. 1681) de los patronos navarros San Fermín y San Francisco Javier acompañan al titular. El segundo cuerpo lo preside un lienzo de la Inmaculada con San Pablo y San José con el Niño a su lado.  Un calvario ocupa el ático.

Lado del Evangelio
Retablo rococó (1717) de San Andrés. Una excelente talla de San Andrés está flanqueada por dos tallas del XVIII de Santa Lucía y Santa Bárbara. El ático lo ocupa un santo obispo, San Eloy?,  y en el piso inferior la Virgen del Carmen.
El retablo de los Santos Juanes, de traza neoclásica, se realizó en 1862 por encargo del obispo de Lleida (1850-62) y Pamplona (1862-1870) Don Pedro Cirilo Úriz y Labayru, gran benefactor y natural de Olite. Las tallas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista están acompañadas por las de San Bartolomé y San Cirilo. En unos relieves ovales se narran los martirios de los santos titulares. Las armas del obispo Úriz campean en el remate. 

Lado de la Epístola
Retablo rococó de Santiago gemelo al de San Andrés. Le acompañan San Antonio abad, San José y San Miguel en el ático. Destaca la talla gótica de Santiago (h. 1425), de claro abolengo borgoñón, en relación con el taller de Jehan de Lomme. Porta bastón de peregrino, libro con leyenda en caracteres góticos y un sombrero con la concha de peregrino cubre la cabeza.

El retablo de la Virgen del Rosario es obra barroca de la primera mitad del s. XVIII. En el banco se ubican dos relieves con Santo Domingo y San Francisco de Asís. Preside la imagen de la Virgen del Rosario (s. XIX), flanqueada por San Vidal y una talla renacentista de Nª Señora de Gracia (Virgen de la Uva).

Capilla del Santo Cristo. Obra gótica del s. XVI con bóveda de nervios que se cruzan en claves decoradas con escudos. Alberga un crucificado y un lienzo de los Santos Juanes del s. XVII.

Capilla de la Virgen del Campanal. Es obra protogótica de planta cuadrada y bóveda de crucería. Esta capilla estaba decorada con pinturas murales góticas, ejecutadas por dos maestros: el Primer Maestro de fines del s. XIII comienzos del XIV y el Maestro de Olite de 1340 - 1360, que hoy se conservan en el Museo de Navarra. El conjunto es de gran categoría y puede decirse que se trata de uno de los más importantes de la pintura mural navarra de la época.

Una arquería gótica acoge un relieve funerario del notario Enequo Pinel  en piedra policromada. Representa una original Trinidad bajo las tres personas, y los donantes acompañados de sus hijos y santos protectores, San Juan Bautista y Santa Catalina. Es obra de calidad estimable realizada con una técnica depurada, cuidando los detalles, atribuida al taller de Jehan de Lomme.

 El coro ostenta una sillería barroca (h. 1718), obra de Vicente Frías, que se completa con las sillas de la nave del Evangelio y el presbiterio. Procede del monasterio de La Oliva. Unas pinturas murales, grisallas renacentistas, de un “triunfo” con un carro tirado por bueyes, decoran el arco del rosetón.

Otros elementos de interés son la sacristía y la valiosa documentación del archivo parroquial.                                     


ESCUDO DE LA CIUDAD
La fachada de la Residencia de Ancianos La Milagrosa luce un escudo de la ciudad del siglo XVI con cartela de cueros retorcidos que lleva en su campo un castillo y un árbol sobre él. Acompaña la leyenda: ESPITAL DE OLITE 1574. RENOVADO EN 1850.


HORARIO:
Apertura 30 minutos antes de las misas.
Domingos y Festivos: 10:00 y 12:30


INFORMACION:
Misas: D y F10:00 y12:30

La ciudad de Olite está situada en el corazón de Navarra, a 40 km. de Pamplona, en una zona donde el relieve accidentado de las sierras de la Navarra Media da paso a las tierras llanas de la Ribera.

OLITE. CIUDAD MEDIEVAL
La ciudad de Olite está situada en el corazón de Navarra, a 40 km. de Pamplona, en una zona donde el relieve accidentado de las sierras de la Navarra Media da paso a las tierras llanas de la Ribera.

Erigida sobre un pequeño promontorio (388 m.), su término está recorrido por el río Cidacos, que fue encajonándose en su cauce actual dejando cinco niveles de terrazas fluviales que configuran un relieve de suaves desniveles amesetados en la margen derecha. Hacia el este se levanta la sierra de Ujué (932 m.).

Su agradable clima mediterráneo continental, de veranos cálidos y secos, inviernos no muy fríos y poco lluviosos (500 l/m²), y su cielo despejado, junto a la fertilidad de sus tierras, hizo de Olite un lugar habitado desde la Prehistoria, efectuándose una intensa romanización y siendo posteriormente elegido por los monarcas navarros como sede real.

En la actualidad tiene 3.550 h. ocupados en la industria y en el sector servicios. Fábricas de fundición, de componentes del automóvil, de maquinaria agrícola, diversos talleres y el sector vinícola, en auge, acaparan la mano de obra industrial. La agricultura basa su principal riqueza en la vid y en el cereal, y en menor medida olivos, almendros, espárragos y productos de huerta. La llegada del agua del Canal de Navarra ha supuesto la puesta en regadío de …. hectáreas y el cambio de un paisaje de secano a otro más variado

Mención especial cabe darle al sector vinícola. Un sector que ha ido adquiriendo un auge sobresaliente en la última década, convirtiendo a Olite en “la Capital del Vino de Navarra”. Aquí se concentran todos los organismos e instituciones del sector: la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA), el Consejo de la Denominación de Origen Navarra, la Cofradía del Vino de Navarra y el Museo de la Viña y del Vino de Navarra. A esto se une la aportación de tres bodegas cooperativas, pioneras en el movimiento cooperativo, y otras tres particulares de gran renombre.

Junto al sector vinícola destaca la actividad repostera de pastelería, mantecadas y ensaimadas, y un floreciente sector hostelero asociado a un turismo de carácter cultural.

Olite está declarado Conjunto Histórico y Artístico. Su principal atractivo reside en su rico y variado patrimonio artístico: Palacio Real de los reyes de Navarra, iglesias de Santa María y San Pedro, conventos de San Francisco y Santa Engracia, recintos amurallados romano y medieval, galerías medievales y el entramado urbano constituyen una visita sorprendente e inolvidable.

Olite también es fiesta. A lo largo del año se puede disfrutar de fiestas, religiosas y profanas, con solera, tradición y carácter: Carnaval Rural, Semana Santa, romerías a Ujué y a la ermita de Santa Brígida, festividad de la Virgen del Cólera (26 agosto), Festival de Teatro Clásico, Mercado y Fiestas Medievales de agosto, Fiesta de la Vendimia de Navarra, fiestas locales de la Santa Cruz (13 al 19 de septiembre), etc. 

El término municipal es atravesado por un Sendero de Gran Recorrido, el GR I –Sendero Histórico, que une Ampurias (Girona) con Finisterre (A Coruña). Tres senderos de carácter local se hallan debidamente señalizados: Olite-Beire, Olite-Ujué-Olite y recorrido por el Monte Encinar. El bosque encinar, de gran interés naturalístico, situado a dos kilómetros al oeste, donde se alza la ermita de Santa Brígida (pinturas murales góticas), es el espacio natural por excelencia y ofrece un sugerente y apacible recorrido: bosque, ermita, balsas, panorámicas, zona de recreo.

JAVIER CORCIN