Publicado por Cristina Bergasa en 1988
2020-09-19
APODOS PARA EL RECUERDO
Espero que nadie se sienta ofendido con este relato de curiosidades y sobrenombres de algunas personas de Olite. La unica intenci6n ha sido dar a conocer el otro nombre de los vecinos con un toque de humor. Gracias por entenderlo así.
La historia que voy a contar ocurrió en un lugar lejano y hace mucho tiempo, pero podría haber ocurrido aquí en la actualidad.
Erase una vez un pueblo en el que todo el mundo vivía ocupado en sus labores: unos en el campo:
campesinos, sembradores, ovejeros, otros en oficios artesanales y en gremios:
panaderos, menudera, fontaneros que arreglaban
goteras y canalejas, albañiles que separaban las habitaciones con
tabiques y tapaban las
gateras. Había tombien un
tejedor muy apañao, y un
sastre que con
aguja e hilo, lo mismo hacia
camisetas, que
chaquetillas, que echaba un
medio culo o un
culo de pana a cualquier
buena prenda.
Había incluso un
manitas de
castillejo que arreglaba
zapatones o hacia
zapatillas, y un
fraguero que era el mejor
herrador de la comarca y que ponía cascos a las cuatro
caras de las patas del
caballo. Un
macho arrastraba el
carrico con
chamizos y carrizos que utilizaban los mas
pudientes de la localidad, que eran el
alcaldico y su
hermano.
El pueblo estaba rodeado de
gelebrinas,
chaparros, gollizos, pinos, retamas y lechacinos. El
forraje era tan abundante que no dejaba ver el camino, y por eso a veces echaban
veneno y cucal para matar los
gusanos y las
malas hierbas que crecían por los alrededores.
De los orboles sacaban
madera que luego vendían en otros pueblos para sacar beneficios y poder obtener
dolaretis y asi dejar
contenta a la
parienta. A veces solo se podia llegar al pueblo a troves de un
avión y varias
avionetas que manejaban los
pilotos y que oterrizaban en
Falcon Crest en la parada del
Rancho Grande.
Por el camino que lleva al pueblo había que atravesar una
chopera en la que un
pajarero se encargaba de cuidar todas las especies existentes en la zona:
canarios, golondrinas, loritos, un culi, un periqulto, golgotes, carazas, picotos, jacarillos, pichonas, un pollo
calimero y otros
pajarillos. incluso había animales de todas closes:
sapicos de luz, un
topo, una
ratita muy presumida, un
osobuco, varios
gatos, un
perrico, algunos
monos, y sobre todo muchos
mosquitos, presagiando grandes
borrascas que dejan oír la
voz del
trueno que sigue al
bochorno.
En un corral cercano se cerraba un
torico que se lidiaba en la
capea que organizaba
billy el niño cada año. Una vez se escapo y tuvo que ir el
banderillero con un
capotillo, pero como no podia dominarlo le peqo un tiro con una
carabina y con
pistolas de
pistones.
Al otro lado de la
planilla se divisaba un hermoso castillo que en tiempos dicen que habitaban
fantasmas, brujos y
brujas que solo tenían
siete pelos en la cabeza, y que utilizaban
calaveras y muñecos con alfileres para hacer sus
fechorias, pero yo creo que allí vivia
blancanieves con los enanitos.
Subiendo por unas
escaleras se oye el
tintan de las
campanericas, que resuena desde aquí hasta
Tafalla, Pamplona, Vera o Zaragoza. Son unas escaleras muy
prietas, con peldaños muy
cortos que hay que subir de
lao.
Por una puerta se pasa a un salón grande en el que unos
pajes van de un lado a otro. Unos,
rapidillos y con
cacharros en las manos y otros,
tardanos y ñoños, que van haciendo
muecas.
En el centro hay una mesa en la que están sentados cuatro
reyes y cuatro
reinas, y alrededor están representantes de varios lugares: Un
italiano de largos
bigotes, un
frances muy
morenico, un
conde de largos
melenas, un
capitán de barrio, un
gallego, un
tafallica, un
japones, un
espanol, dos
guerreros bastante
guapillos, y un
abogadillo.
A su lado hay un
faraón con toda su corte y una niña de cara muy
pochola que juega con una
munequita y con varios
nenes de
cabeza cuadrada y un poco
loquillos. Un
chaval pecoso le pone
pegamento a
pinocho, el
muñeco de las
nenis, y se
justifica diciendo que le va a limpiar las
furrañas de la
cara sucia y la
porqueria de las puntillas.
Mientras tanto el mayordomo se agarra un gran
bochinche y dice muchos
pecaditos y grandes
pecados por lo bajini porque alguien le ha pintado cuadros de
goya con
brochas y
pinceles en la
parquelita en vez de hacerlo en
libretas y
cuadernos.
Encima de la mesa y por todos los rincones hay
gladiolos y flores
coloradas que
orean el ambiente.
De la cocina van saliendo pajes
negros,
negretes, roges, moricos turcos, que van
zumbando y como una
bala, y parece que
pisan huevos y ponen
mala cara. Hay uno que tiene la
mania de mover las
orejas y torcer las
botas. Llevan bandejas y reparten un menu muy
zalaguero que consiste en:
Entremeses:
magras, caracoles, bocadillos, patatones asados a
cachos,
pimientos morrones y huevos muy
frescos.
Consome de
gallinita en pepitoria.
1 . plato:
Ensalada de
chirola aderezada con sal y
vinagre.
Macarrones y
alubias con
guindillica.
Pescados:
pescadilla, gallos, chipirones, angulas y sardinas de
aguja.
Carnes:
pichones asados,
pato a la naranja,
conejos muy
sanos,
rabocho en salsa,
morro de
cuto y
cabecica de
mamantón.
Postres:
platanitos, manzanos, melón, bollos, pasteles, bizcochada, roscos (duros), conguitos, uñas de gato y pastas caseras con
chinchurras.
Bebidas:
El
bodeguero y el
ventero hon preparado
limonada,
vino,
medio biter, champetit, y vino criado en
fudres para beber en
porrones y a
chorricos aunque se manchen los
morritos. Como decían que
amargalagua, pasaron a tomar cafe de
puchero.
Todos estos alimentos hon sido cocinados con
manteca de cerdo y en hornos de
sarmientos.
Los comensales lo pasaron
bombi y alguno acabó
piripi. Al notar la
cabeza hueca no sabían por
dóndeandas y organizaron un
chandrio que hizo que se cerrara la
barraco.
Al final cada uno se marchó a su casa, no sin antes ser despedido por
gayarre y
pichichi, que acompañados por los
chichos, la
ocarina y las
castañuelas, acallaron a los
boceras que se habían concentrado en los alrededores del castillo.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado, con la intención de que al leerlo hayan pasado un buen rato.
Cristina Bergasa LACARTESA